En la entrada anterior, afirmaba que «la categoría Útiles debe ser entendida con dos subcategorías: una que contemple aquello que verdaderamente afecta al Jugador (en cuanto categoría y no en cuanto jugador real) y otra que contemple aquello que está presente, pero no afecta al Jugador». Escribí esto pensando, específicamente, en los pájaros que ocasionalmente aparecían en el videojuego Age of Empires. Ellos no podían ser cazados, como otros animales, no atacaban a los aldeanos ni tampoco estorbaban el movimiento de otras unidades o la construcción de algún edificio. ¿Qué lugar ocupan, pues, estas aves en la estructura del videojuego? Ellas parecen ser meramente decorativas. Y la definición canónica de la categoría Útiles parece dejarlas fuera de sus límites cuando detalla que estos inciden en la consecución de los objetivos del Jugador. Pero estos elementos no estorban ni ayudan ni modifican de ninguna manera las condiciones para la categoría Jugador. Y, sin embargo, siguen estando allí.
Entonces, ¿es la visibilidad una condición suficiente para considerar un elemento en la categoría Útiles? Ciertamente, no podemos ignorar que el elemento está allí, pero tenemos que establecer un criterio para decidir cuándo forma parte de esta categoría o no. Y bien, el mismo nombre de la Estructura Lúdica nos señala que esta sección se enfoca sobre las relaciones establecidas entre los elementos integrantes del videojuego. Es cierto que tenemos la posibilidad de establecer una relación de constelación entre algunos de ellos; pero la situación se vuelve sospechosa cuando algún elemento no solamente no afecta ni es afectado por ningún otro, sino que, más aún, no altera de ninguna manera las condiciones de las relaciones establecidas en el videojuego. La definición de la Estructura Lúdica no nos dice mucho acerca de esto o, más bien, solamente nos entrega una pequeña pista sujeta a una amplia interpretación, puesto que nos habla de un orden y una organización; pero no de interacción o, más directamente, de relación. No obstante, el mismo término «estructura» implica relaciones previas que levanten esta estructura. La especificación del género próximo como «orden» y la referencia a una organización terminan por aclarar la necesidad de que los elementos clasificados en la Estructura Lúdica interactúen entre sí de alguna manera. De modo que la visibilidad no puede considerarse un criterio suficiente para incluir algún elemento dentro de ella.
¿Qué lugar ocupan, pues, estos elementos que no interactúan con los demás? Puesto que los pájaros siguen siendo visibles en Age of Empires, siguen siendo parte del escenario del videojuego y no pueden quedar enteramente fuera del estudio y las consideraciones a las que pueda someterse este videojuego. No pueden ser incluidos en la Estructura Lúdica, puesto que no interactúan con otros elementos del videojuego ni inciden sobre la consecución de los objetivos de la categoría Jugador. Pero sí debieran ser considerados como parte de la Ficción del videojuego. Para ser más específicos, debiesen estar ubicados entre las Cosas Naturales del Mundo («elementos y seres cuya presencia no se explica por la intervención de algún ser consciente, sino [que son] propios* del eterno devenir natural»). Su presencia es significativa en un sentido más cultural que estructural y esto determina tanto ausencia desde la Estructura Lúdica como la necesidad de su presencia en la Ficción. Y, así como ellos, podremos encontrar en varios otros videojuegos ejemplos de elementos que definitivamente no forman parte de la Estructura Lúdica, pero cuya presencia implica un significado especial que puede ser abordado como parte de la Ficción.
Mi afirmación en la entrada anterior, por lo tanto, contradice lo que habíamos establecido anteriormente: así lo acabamos de demostrar. En efecto, hay ciertos elementos que quedan excluidos de la clasificación de la Estructura Lúdica; pero esto no significa que no tengan un lugar dentro de la clasificación global del videojuego: su ubicación está, más bien, en la Ficción.